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¿Cómo cuidar el procedimiento parlamentario dentro de las sesiones de la asamblea de copropietarios?

Siendo completamente honestos, debemos reconocer que llega a ser casi instintiva nuestra reacción de rechazo o malestar cuando nos enteramos de que hemos sido convocados a una sesión de asamblea de copropietarios. Si bien esto no es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos, resulta compresible esta sensación si hemos sufrido experiencias incómodas en el pasado.

Desorden, gritos, peleas, insultos, reclamos, son las características de sesiones que no pudieron ser controladas desde un inicio. Y si a esto le sumamos la falta de consensos y resoluciones, lo único que se obtiene es una pérdida de tiempo.

Si ya estás cansado de que tus sesiones resulten así, sigue estos consejos para aplicar un procedimiento parlamentario que garantice una sesión eficiente y sin sobresaltos:

Comienza a tiempo: Si eres presidente o administrador, da seguimiento a la convocatoria enviada y pide a los vecinos que asistan puntualmente para conformar quorum e instalar la sesión a la hora señalada. Es una mala costumbre que los vecinos asistan siempre una hora después de la hora original para iniciar la sesión en segunda convocatoria. Esta práctica debe ser poco a poco desterrada de los condominios porque genera desorden y afecta a la participación de los vecinos.

Reglas claras: Define un protocolo claro para que puedas llevar a cabo tus sesiones de asamblea. Desde como pedir la palabra hasta el tiempo máximo de intervención por participante, estas reglas servirán para que prime el orden en las sesiones.

Si vas a presidir una sesión, hazlo bien: Si eres el presidente de la sesión toma en cuenta que el correcto desenvolvimiento de esta depende de tu liderazgo y capacidad de resolver conflictos. El presidente no es mejor por cuan carismático o condescendiente llega a ser, así que olvídate de querer ser amigo de todos. Un buen presidente es aquel que de forma asertiva y objetiva dirige una sesión respetando los derechos de los participantes y haciendo que se cumpla el orden del día en un ambiente de respeto y camaradería.

Respeta el debido proceso y ajústate a la norma: Recuerda que tu trabajo es velar que la norma se cumpla por todos, no de usarla discrecionalmente.  Una de las cosas que más desgasta la credibilidad de un presidente, y en general de toda la sesión, es la inequidad con la que se usa la norma. Desde la constatación del quorum hasta la redacción del acta, todo debe ser realizado en apego estricto a la norma.

Mociones y derecho de voz: Todos los copropietarios tienen el derecho de expresar sus ideas o requerimientos en la sesión de asamblea, sin embargo, esto no puede salirse del contexto del orden del día. Recuerda que, si presides una sesión, debes hacer que esta no se aleje de su objetivo principal. Monólogos de 10 minutos o más, así como acusaciones y réplicas descontroladas, son la tónica general de sesiones en las que el presidente no ejerce su labor correctamente. Recuerda que dentro de una sesión el presidente es quien comanda las intervenciones y hace que se respete el derecho de todos de escuchar y ser escuchados.

Recuerda que la forma en la que se llevan a cabo las asambleas dice mucho de la calidad de organización que tiene tu condominio. Síguenos para más consejos sobre cómo organizar tu condominio.

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¿Cómo mediar un conflicto entre vecinos dentro de un condominio?

Según el Capítulo VIII del Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal, salvo los procedimientos específicos detallados en la norma de la materia, cualquier controversia que surja entre los copropietarios o usuarios de condominio pueden ser sometidos a un procedimiento conciliatorio verbal, breve y sumario, ante uno de los órganos de administración del condominio.

Siendo el administrador del condominio uno de los órganos, es necesario que quien ejerza esta función esté claro del papel que desempeñaría como promotor de acuerdos y de la resolución de conflictos vecinales.

Con este antecedente y, a propósito de la coyuntura que vive el país, revisemos algunos consejos para resolver un conflicto de manera eficaz y sostenible.

Dialogar es la base, pero no lo es todo: Partamos de que dialogar no es exponer mis caprichos y escuchar los caprichos del otro. Esta recurrente confusión es la causante del escalamiento del conflicto y de posiciones cada vez más cerradas.

En estos días hemos escuchado tantas veces la palabra “diálogo” que resuena en nuestras cabezas como un mantra. Desde todos los sectores se habla del diálogo y se lo pondera como una solución, cuasi mágica, a problemas estructurales cuya real cura necesita más que una mesa, dos sillas y buena voluntad. Cuando se trata de resolver un conflicto, dialogar deja de ser una acción concreta y se vuelve un proceso complejo y sistemático orientado a explorar opciones factibles y racionales que satisfagan las necesidades de las partes. Por ello, el sentarse en una mesa debe ser el resultado de acciones previas inteligentemente guiadas para llegar a presentar una propuesta que construya valor, confiando que la otra parte hará lo propio.

Preparar el terreno de la mediación: Antes de dialogar debemos haber preparado el terreno para que esto sea efectivo. Compromisos de dar, hacer o no hacer pueden ser los primeros actos de buena fe que se deben cumplir antes de llegar a una mesa. No asumamos que solo por el hecho de ponerse frente a frente las partes en conflicto van a solucionar sus problemas. Estas deben haberse demostrado mutuamente que tienen la intención de solucionar sus problemas y que están dispuestas a trabajar por ello.

No comprometas tu probidad como mediador: Si vas a intervenir como mediador debes cuidar que acciones sean, y se vean, siempre en beneficio del acuerdo y no solo de una de las partes.

La base de todo buen acuerdo es la confianza: Tanto entre las partes, como de las partes hacia el mediador, la confianza es la piedra angular sobre la que se construye un acuerdo. Si ya existe, cuídala. Si no, constrúyela. Recuerda que las partes no van a mediar entre ellas sin saber que pueden confiar la una en la otra. De igual forma, las partes en conflicto no permitirán que tú sigas mediando el conflicto si perciben un sesgo o mala fe de tu parte.

El mediar en un conflicto vecinal deber ser asumido con mucha responsabilidad y cuidado. Ten en cuenta que la calidad de vida de tus vecinos está en juego. 

 

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Acciones para fomentar una buena convivencia

Las relaciones sociales y, dentro de ellas, las relaciones vecinales constituyen uno de los aspectos que más inciden en la calidad de vida de las personas. Los ambientes en los que nos desenvolvemos, así como las personas con quienes compartimos nuestro tiempo y nuestros espacios influyen positiva o negativamente en el desarrollo de nuestras actividades y, en muchos casos, determinan la satisfacción que sentimos respecto a la vida.

Fuera de los ambientes laborales, nuestra casa o departamento es el espacio en el que mayor tiempo pasamos y nuestros vecinos son las personas con quienes, nos guste o no, compartimos el día a día. Por esta razón, lograr mantener una convivencia saludable dentro de los condominios y conjuntos habitacionales resulta fundamental para contribuir a mejorar nuestra calidad de vida.

Alineados a nuestro propósito de construir comunidad alrededor de la vivienda y con el objetivo de contribuir a lograr espacios de sana convivencia, desde Fundación Bien-Estar en esta ocasión te presentamos algunas recomendaciones para fomentar una buena convivencia vecinal:

Participa en las actividades condominiales, como reuniones, asambleas, mingas o actos sociales y culturales. Estos espacios promueven la interacción entre vecinos y permiten conocer a las personas con quienes convives. Estrechar los lazos vecinales, a su vez, genera empatía entre las personas, facilita la resolución de posibles conflictos y promueve espacios más seguros para todos.

Informa con anticipación sobre las actividades que vayas a realizar y que puedan afectar a tus vecinos de alguna manera. Tales como: obras de remodelación o reuniones en las que causarás ruido.

Modera los ruidos y evita la contaminación sonora innecesaria. Toma en cuenta que dentro de tu condominio viven personas mayores o enfermas y niños pequeños que necesitan descansar.

Sé responsable con la tenencia de tus mascotas. Los animalitos llegan a formar parte de la familia y su educación y buen comportamiento son de tu absoluta responsabilidad. Enséñales a no hacer ruido, recoge sus desechos y paséalos siempre con correa para evitar accidentes o molestias a otras personas de tu condominio.

Cuida las áreas comunales de tu edificio o conjunto habitacional. Recuerda que estos espacios son de todos y, por tanto, además del derecho a utilizarlos, también compartes la responsabilidad de mantenerlos.

Practica buenos modales y la amabilidad con todos tus vecinos, en especial con las personas de la tercera edad y con quienes posean alguna discapacidad. Sé un buen vecino y mantente siempre dispuesto a colaborar y prestar ayuda a quien lo necesite.

Paga puntualmente las expensas y cuotas establecidas en tu edificio o conjunto habitacional. El pago puntual de estos rubros permite a la Administración desempeñar su trabajo para el buen funcionamiento de todo el condominio.

Involúcrate en las actividades condominiales, colabora con la directiva y administración, propón alternativas de solución a los problemas existentes y, en general, mantente atendo y dispuesto a colaborar para contribuir al buen desempeño de la vida en el condominio.

El cumplimiento de estas sencillas pero importantes acciones promueven el desarrollo de relaciones saludables entre vecinos y facilitan la buena convivencia dentro de los conjuntos habitacionales o condominios. Recuerda que al vivir bajo el régimen de propiedad horizontal compartes derechos, pero también obligaciones y lograr espacios de buena vecindad es responsabilidad de todos los copropietarios.

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¿Cómo enseñar a los niños a ser buenos vecinos?

La convivencia dentro de un condominio es uno de los aspectos que más influyen en la calidad de vida y en la experiencia vecinal de las personas. Al mudarnos de casa o departamento tenemos conocimiento respecto al inmueble que hemos comprado o alquilado, sus características, servicios, ubicación, etc., pero desconocemos por completo sobre la dinámica comunitaria y las relaciones vecinales con las que tendremos que lidiar y bajo las cuales deberemos adaptar nuestra vida. En artículos anteriores hemos abordado el tema de la convivencia entre vecinos, las formas de evitar o resolver conflictos, sobre los derechos y las obligaciones que adquirimos al vivir bajo el régimen de propiedad horizontal, entre otros. En esta ocasión, desde Fundación Bien-Estar queremos dedicar este post a los vecinos más pequeños, los niños que viven dentro de un condominio.

Al igual que las personas adultas que habitan en un conjunto residencial o condominio, los niños tienen derechos y obligaciones y están sujetos a las mismas normativas de convivencia. Por esta razón es muy importante que desde pequeños reciban la guía adecuada para normar su comportamiento y adaptarlo a la convivencia con sus vecinos.

Con este objetivo, a continuación te presentamos algunas sencillas recomendaciones que te ayudarán a guiar el comportamiento de tus niños dentro del condominio para que se conviertan en buenos vecinos. Enséñales a:

  • Respetar las normas establecidas en el condominio, tales como, respetar los espacios privados, cuidar los espacios comunes, utilizar adecuadamente las instalaciones, colocar la basura en su lugar, pasear a las mascotas con collar y recoger sus desperdicios, etc.
  • Evitar el ruido. Los niños, por naturaleza, son ruidosos, pero deben comprender que sus acciones afectan a las otras personas y el ruido excesivo constituye una falta de consideración para con sus vecinos. Explícales que dentro del edificio pueden haber personas enfermas o bebés que necesiten silencio para descansar.
  • Colaborar y participar en las actividades comunitarias, sean de limpieza, adecentamiento o socialización. Estas actividades permiten estrechar los lazos vecinales y crear vínculos entre los niños y las personas de su entorno, de esta manera se construyen espacios y relaciones más seguros para todos.
  • Ser cordiales y comedidos. Dentro del condominio, al igual que en las demás instancias de la sociedad, deben practicarse las normas básicas de educación y cortesía. Como por ejemplo:
    • Saludar y despedirse, tanto de los vecinos como del personal que trabaje en el condominio (guardias, conserjes, administradores, etc.), solicitar con amabilidad y agradecer cuando se ha recibido algún servicio o favor.
    • Comedirse a ayudar en caso de que alguien lo necesite. Los niños pueden ayudar a sus vecinos mayores con pequeños favores como cargar paquetes livianos, abrir y/o cerrar puertas, subir o bajar gradas, etc.

Los niños forman parte importante de toda comunidad y una vez que han aprendido a respetar y cumplir las normas establecidas pueden convertirse en los mejores aliados para lograr una comunidad organizada.

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¿Qué hacer con los malos vecinos dentro de un condominio? Parte 2

Con esta segunda parte cerraremos con broche de oro este artículo haciendo una breve identificación de más perfiles de malos vecinos que habitan nuestro condominio. Leamos detenidamente su descripción para saber qué podemos hacer con ellos desde nuestro cargo de administrador:

El vecino contreras: Este vecino se opone a todo lo que se propone en el condominio. Y cuando me refiero a todo, es a todo. Sin distinguir si es bueno o malo, este vecino siempre va a encontrar un problema, real o imaginario, a cualquier iniciativa. Si bien la solución más sencilla puede ser no prestarles mucha atención a sus objeciones, el problema puede agravarse cuando sus inconformidades hacen eco en más vecinos. Para evitar que este vecino genere más problemas, es recomendable incluirlo estratégicamente en los procesos de toma de decisiones. De esta forma él será parte de las iniciativas y esto ayudará a que disminuya su oposición.

 El vecino tiburón sin miedo al éxito: Este vecino se caracteriza por querer hacer negocio de todo y con todos, lo cual, en estricto sentido no sería un problema siempre que esto no comprometa las finanzas del condominio. Por lo general, está muy pendiente de los procesos de contratación de bienes y servicios del condominio para, en el momento oportuno, desacreditar las propuestas presentadas y, en su lugar, ofrecer las suyas o “recomendar” a sus amigos. Asimismo, este vecino suele proponer trueques o “negocios” a la directiva o al administrador para compensar el pago de las expensas.  Para tratar con este vecino es preciso tener en claro que él siempre va a priorizar su beneficio propio por sobre el del condominio, por ello no es saludable tenerlo como proveedor. Para evitar esto, se recomienda que la asamblea apruebe un instructivo o emita una resolución en la que se normen los procesos de contratación y se establezcan concursos abiertos, transparentes y sin conflicto de intereses.  

El vecino de cristal: Este vecino es el vivo ejemplo de la extrema sensibilidad. No se le puede reclamar nada porque todo lo ve como una ofensa o una vulneración de sus derechos. Generalmente piensa que su accionar es perfecto y que todo el mundo debe estar consciente de ello y estar agradecido de tenerlo en el condominio. A menudo presenta reclamos escandalosos a la administración y empapela ascensores y carteleras con quejas e indirectas en contra de otros copropietarios. Se ve a sí mismo como el “deber ser” del vecino y condiciona o presiona al administrador para que las decisiones sean a su medida y beneficio. Este tipo de vecino suele compartir características con el “vecino abusivo” y el “vecino jurisconsulto” y su participación en las asambleas las vuelve largas y poco eficientes. Para tratar con este vecino es necesario tratarlo con respeto y cortesía, pero sin atenciones preferentes. El administrador debe procurar no caer en su juego y siempre tener en mente que su labor es la de procurar el beneficio común y no la satisfacción de un vecino en particular.

Seguro en nuestro condominio tenemos algunos de estos vecinos y en lugar de ignorarlo debemos saber cómo tratar con él. Recuerda que todos los copropietarios tienen derechos, pero también obligaciones, y que nuestro éxito como administradores radica en saber manejar el equilibrio entre estas dos. Nos vemos en una próxima entrega con más consejos para vivir mejor en comunidad.

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¿Qué hacer con los malos vecinos dentro de un condominio?

Esta pregunta es recurrente y, sinceramente, difícil de responder. No solo porque no existe una sola respuesta, sino porque la categoría de “mal vecino” es muy amplia y sujeta a interpretaciones subjetivas. Para evitarnos tan sensible tarea, procuraremos incluir en esta categoría a aquellos vecinos que por su accionar afectan a la convivencia dentro del condominio.

Dicho esto, identifiquemos algunos ejemplos de malos vecinos y revisemos qué podemos hacer al respecto desde nuestro cargo de administrador:

  • El vecino moroso: Este vecino generalmente piensa que el pago de las expensas es un acto de generosidad. Asimismo, justifica su falta de pago por estar en desacuerdo con las decisiones que se toman. Para tratar con él, como administradores debemos ser firmes y fundamentar nuestra gestión de cobro en la Ley y Reglamento General de Propiedad Horizontal. Recordemos que, si el vecino moroso no paga por las buenas, siempre se puede iniciar un proceso judicial ejecutivo o monitorio para el cobro de las expensas vencidas.
  • El vecino abusivo: Este vecino, por su parte, piensa que todo el condominio es una extensión de su casa o departamento, por ello, suele adornar los pasillos de su piso con zapateras, cuadros, macetas, entre otras cosas. Asimismo, suele ocupar las gradas de emergencia para guardar coches de bebé, cilindros de gas o cartones. A vecinos como este debemos llamarles la atención por escrito citando las partes pertinentes del Art. 12 del Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal y sancionándoles con las multas definidas en nuestro reglamento interno.
  • El vecino jurisconsulto: Este vecino se caracteriza por intimidar a todo el mundo con su “vasto” conocimiento de leyes reales e inventadas. Suele citar cosas como “derechos adquiridos”, “declararse en rebeldía” o “violación de derechos humanos y constitucionales” para evitar cumplir con sus obligaciones para con el condominio. Para lidiar con vecinos así, en primer lugar, no debemos caer en su juego. Recordemos que nuestra mejor herramienta es tener un conocimiento claro de la Ley y Reglamento de Propiedad Horizontal. La próxima vez que este vecino trate de atemorizarnos con esta estrategia, preparemos una respuesta en derecho y vayamos desmintiendo punto por punto sus objeciones.
  • El vecino iluminado: Por experiencia, este tipo de vecinos es uno de los más peligrosos. Si bien comparte características con el vecino jurisconsulto, se diferencia de este por su carisma e innegables “buenas intenciones”. Generalmente llegan al directorio o a liderar un bando de vecinos con ideas o propuestas, en el mejor de los casos, medianamente acertadas, pero altamente populares. Esto hace que en poco tiempo se vuelvan “expertos” en el manejo de condominios y que acaparen la presidencia o administración por muchos años. Para evitar tener vecinos así lo mejor es capacitar a todos los copropietarios en el régimen legal de propiedad horizontal y procurar definir procesos electorales internos que promuevan la alternabilidad y participación democrática de todos.

En la próxima entrega continuaremos revisando más perfiles de malos vecinos y cómo lidiar con ellos en el condominio.

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El reciclaje en condominios: Una acción de alto impacto

El paisaje urbano va cambiando rápidamente. Cada vez hay más conjuntos, edificios y otras propiedades bajo régimen de propiedad horizontal que son habitados por un sinnúmero de familias. Estos espacios son esenciales en la vida en la ciudad, pero son parte de un grave problema ambiental por la cantidad de basura que generan diariamente.  Por esta razón es necesario, de manera urgente, manejar correctamente los residuos y procurar su reciclaje.

Durante la última década la economía circular ha tomado fuerza a nivel mundial porque presenta un nuevo modelo de producción y consumo sostenible. Su objetivo es mantener el plástico, vidrio, metal, papel e incluso residuos orgánicos por más tiempo en la vida útil convirtiéndolos en nuevos productos en vez de llegar al botadero. Esta alternativa cuenta con varios beneficios como el crecimiento de la economía y el empleo, además de la reducción de emisiones y consumo de recursos naturales.

Para comprender de mejor forma el problema de la basura es necesario revisar uno datos locales. El Ecuador genera 4.1 millones de toneladas de basura por año, de las cuales es reciclable al menos el 85% entre basura orgánica e inorgánica. Solo la ciudad de Quito genera 2.200 toneladas de basura diaria; de ellas, 1870 toneladas que podrían ser recicladas. Se estima que cada persona produce al menos 1 kilo de basura por día.  Actualmente apenas el 4% de este material es reciclado.

La separación de residuos en nuestros hogares facilita la reducción estas cifras, y nos permite pasar de consumidores a ciudadanos. Debido al número de familias que habita en condominios el impacto de esta acción es aún más grande. Diversas asociaciones buscan trabajar en conjunto con los condominios para brindar capacitación y asesoría a sus habitantes, a cambio de retirar con frecuencia el material reciclado, lo que permite que los socios cubran su sueldo y aportaciones al seguro social.

Para Isabel Tipán estos acuerdos son muy importantes. Ella preside la Asociación de Servicios de Reciclaje Inclusivo “Recicladores Unidos” y es fiel testigo de que la adopción de pequeños hábitos cambia la realidad de muchas personas. Afirma que la capacitación sobre este tema permite que la mayor parte de material reciclable tenga una nueva vida pues se brindan indicaciones para mantenerlo en buen estado. El trabajo en conjunto con edificios y condominios le ha permitido solventar las necesidades básicas de su familia sin exponerse a riesgos como cortaduras con vidrios trizados y jeringas expuestas. Por ello, hace un llamado a la ciudadanía a separar los residuos y contactarse con las Asociaciones para que los puedan recibir de manera directa.

Muchas personas como Isabel Tipán son actores importantes en la ciudad, pero se han vuelto invisibles ante nuestros ojos. Nos falta reconocer socialmente su esfuerzo y su falta de acceso a un sueldo digno, asistencia social y seguridad laboral. La separación correcta de los residuos en los hogares no lleva mucho tiempo y esfuerzo y es un gran paso para tener un impacto positivo en el mundo. Esta pequeña acción nos permitirá reducir la contaminación, la cantidad de vertederos de basura en la ciudad y también mejorar la calidad de vida de más personas.

 

Soc. Cristina León – Fundación Bien – Estar

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Recomendaciones para empezar bien el año en condominios

Como sucede con los nuevos ciclos, el inicio del nuevo año trae energías renovadas y expectativas para el periodo por venir. Sin embargo, la consecución de los objetivos planteados se logra con las acciones implementadas desde el primer día y el trabajo constante. En este sentido, sea que se trate de un proyecto personal o de la administración de un condominio, la planificación constituye la herramienta más importante para guiar el accionar diario hacia el logro de las metas propuestas, así como para prever posibles contingencias ante eventos no previstos.

Con el objetivo de ayudar a planificar la administración del condominio para el nuevo año, desde Fundación Bien-Estar hemos preparado algunas recomendaciones que pueden facilitar esta importante tarea:

  • Preparar el respectivo informe de gestión del trabajo realizado por la administración durante el año anterior. En él debe incluirse un análisis comparativo entre las actividades programadas y las ejecutadas durante el periodo de tiempo analizado, así como también, el detalle de los gastos presupuestados y los realizados. Este informe deberá presentarse ante la Asamblea de Copropietarios cuando esta se reúna, pero es importante tenerlo listo con anticipación.
  • Revisar las instalaciones del edificio o conjunto habitacional para identificar posibles daños que requieran intervención urgente, o bien equipos y espacios a los que se debe dar mantenimiento, así como también, aquellas obras de mejora que podrían implementarse.
  • Presupuestar los arreglos o mejoras identificados en el recorrido a las instalaciones. En este aspecto, es importante contar con, al menos, tres proformas de proveedores distintos para que puedan ser analizadas por la asamblea previo a su aprobación.
  • Preparar el presupuesto anual con base en los gastos corrientes y aquellas inversiones que deben hacerse para solventar los arreglos o mejoras necesarios. Este presupuesto debe incluir la reserva del 5% (como mínimo) establecida en el Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal.
  • Revisar el registro de pagos de expensas y aplicar acciones de cobranza para recuperar los fondos pendientes de pago, de esta manera el condominio iniciará el nuevo periodo con los recursos necesarios para ejecutar su planificación.
  • Actualizar la información de contacto de copropietarios y arrendatarios para mantener canales de comunicación activos. Esto resulta también muy importante para que la administración pueda actuar en casos de emergencia.
  • Preparar la documentación pertinente para la actualización de nombramientos de la persona encargada de la Administración y/o Presidencia, proceso que debe realizarse anualmente.
  • Preparar documentación y planificar con la directiva la convocatoria para la primera asamblea ordinaria de copropietarios.

Siguiendo estas sencillas, pero importantes recomendaciones, la transición para el nuevo año en el condominio se desarrollará sin inconvenientes y quedarán sentadas las bases de organización para los meses siguientes. De esta manera, tanto la Administración, como los copropietarios estarán mejor preparados para afrontar el trabajo y los imprevistos que pudieran surgir en este nuevo periodo.

Abg. Jonathan Gómez – Coordinador de Acompañamiento social

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Recomendaciones para una convivencia tranquila durante las fiestas

Debido a las celebraciones de Navidad y fin de año, las últimas semanas de diciembre suelen estar marcadas por la algarabía y espíritu festivo. Sin embargo, esta es una época en la que también se evidencian gran cantidad de conflictos y accidentes de todo tipo debido, en gran medida, al mismo ánimo de fiesta y los descuidos que este conlleva.

Hacer de estas festividades una época de reconciliación o de conflicto depende de las actitudes y comportamientos que adoptemos para con nosotros mismos y para con las personas de nuestro entorno. Esto resulta particularmente importante para quienes viven en edificios o conjuntos residenciales, puesto que en estos casos las acciones de cada persona impactan directamente en la vida de sus vecinos.

En este sentido y conscientes de que estas fechas pueden servir para estrechar los lazos vecinales y superar diferencias o desacuerdos surgidos durante el año, hemos preparado algunas recomendaciones que pueden ayudar a mejorar la convivencia vecinal durante las fiestas que nos aprestamos a celebrar.

  1. Seamos solidarios. Para serlo no es necesario que invirtamos en cosas materiales, basta con que mantengamos una actitud de respeto y empatía con nuestros vecinos. Recordemos que no todas las personas son igual de afortunadas, no todas tienen motivos de celebración, más aún en medio de la difícil situación humana, social y económica que atravesamos producto de la pandemia de COVID-19. Muchas personas han perdido a uno o varios de sus seres queridos, muchos están enfermos y otros tantos han perdido sus trabajos. Por esta razón, en estas fiestas, más que nunca, ser solidarios y empáticos con las realidades ajenas es muy importante. Saludar, sonreír, escuchar e incluso perdonar actitudes hostiles son algunas sencillas acciones y actitudes que podemos tener para con nuestros vecinos en esta época.
  2. Compartamos actividades. Las festividades que se avecinan son una excelente opción para estrechar los lazos vecinales. Organizar algún evento en las áreas comunales, como novenas o un agasajo navideño para los niños, permite a los vecinos compartir en un ambiente distendido, crear nuevas amistades y, en general, compartir tiempo para conocer a las personas con las que convivimos y con quienes pocas veces coincidimos. Otra buena idea es organizar a los condóminos para hacer alguna labor social, como donar juguetes, ropa o caramelos a familias menos favorecidas.
  3. Respetemos las necesidades ajenas. Como mencionamos antes, no todas las personas están en las mismas condiciones de festejar, por ello, si nosotros tenemos la fortuna de hacerlo no olvidemos a nuestros vecinos y celebremos con mesura y respeto. Esto incluye, por ejemplo: controlar el ruido que nuestras reuniones o fiestas generan, respetar horarios (los demás vecinos pueden necesitar descansar), no obstaculizar las vías de acceso o parqueaderos con los vehículos de nuestros invitados, utilizar los espacios propios y comunes adecuadamente, recoger la basura producida y colocarla en el lugar indicado, etc.
  4. Precautelemos el bienestar de todos. En este sentido, es importante recordar que seguimos viviendo una época de pandemia y por tanto es nuestra obligación mantener los cuidados y medidas de bioseguridad necesarios para precautelar la salud propia, la de nuestros familiares y la de todos nuestros vecinos. Evitemos aglomeraciones y reuniones multitudinarias, usemos en todo momento mascarilla, mantengamos un adecuado aseo de manos y superficies y procuremos mantener una distancia prudente para evitar contagios y propagación del virus.
  5. Evitemos el uso de pirotecnia. Esta recomendación tiene relación con todas las anteriores. Además del riesgo que este tipo de productos implican para quienes los manipulan y para todos quienes comparten su entorno, el ruido y contaminación que generan afectan directamente el bienestar de todo el condominio. Un tema especialmente importante es el peligro que sufren las mascotas con el estallido de la pirotecnia, que puede causarles daños de salud severos e incluso la muerte. Si nosotros no tenemos mascotas o a las nuestras no les afecta, recordemos que convivimos con otras familias cuyas mascotas pueden resultar afectadas. Seamos solidarios.

El seguir estas sencillas recomendaciones puede hacer la diferencia entre vivir unas fiestas en tranquila convivencia o convertirlas en el inicio de nuevos o peores conflictos entre vecinos. Procuremos, por tanto, actuar de manera que las fiestas que nos aprestamos a celebrar sean motivo de alegría para toda nuestra comunidad.

Desde Fundación Bien-Estar nos sumamos al deseo de paz, salud y armonía para estas festividades y esperamos que esta época sea aprovechada como un espacio de reflexión y solidaridad que permita mantener una convivencia vecinal saludable y corresponsable.

Abg. Jonathan Gómez – Coordinador de producto

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Cómo prevenir y erradicar la violencia de género dentro de los condominios

El 25 de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En conmemoración a esta importante fecha les invitamos a reflexionar sobre el rol que los vecinos de un condominio pueden desempeñar para contribuir a la erradicación de la violencia contra la mujer en sus conjuntos habitacionales y en la sociedad.

De acuerdo a un estudio realizado en noviembre de 2020 por la Universidad Politécnica Nacional (EPN) y la Fiscalía General del Estado (FGE), seis de cada diez mujeres sufren violencia. A esta alarmante estadística se suman cifras todavía más impactantes, como que el 45% de las mujeres que sufren violencia de género tienen entre 15 y 17 años y que el 43% de esa violencia es ejercida por sus parejas, mientras otro 33% se efectúa en el entorno social de la víctima.

Datos como los señalados evidencian que, aunque los actos de violencia contra la mujer se ejecutan en distintos ámbitos, lugares y circunstancias, la gran mayoría de ellos suceden dentro del entorno familiar y social. Esto coloca a los lugares de residencia de las víctimas en espacios en los que la violencia de desarrolla de manera más recurrente.

Por otro lado, las cifras indican también que las mujeres que viven solas dentro de condominios son más vulnerables a sufrir violencia de género por parte de algún vecino. De aquí la importancia de fomentar una cultura de paz y respeto general dentro de los condominios, así como, de establecer protocolos de acción en casos de violencia intrafamiliar o de género.

En este sentido, es indispensable concienciar a los vecinos sobre el rol y la responsabilidad que la comunidad tiene para precautelar el bienestar de todos los habitantes que conviven en el condominio, debido a que si bien, la mayoría de los actos de violencia suceden dentro de los departamentos o casas particulares, constituyen un problema social que debe ser atendido de manera comunitaria.

En artículos anteriores hemos hablado sobre la necesidad de desarrollar valores como la empatía y solidaridad dentro de la comunidad de vecinos para mantener un ambiente de sana convivencia. En esta ocasión, queremos insistir en la importancia de estos valores y de la consolidación de una comunidad unida y corresponsable, en la que se establezca el mutuo respeto como norma básica y en la que todos sus habitantes se sientan seguros y respaldados por su vecindad.

¿Qué hacer?

Si bien la intervención directa por parte de los vecinos en algunos casos puede ser contraproducente, existen algunas acciones generales que pueden aplicarse en los conjuntos habitacionales para prevenir casos de violencia conta la mujer y contribuir a su eliminación. A continuación listamos algunas acciones concretas que los vecinos pueden realizar:

  • Socializar con la comunidad el tema de violencia contra la mujer, sus distintas formas y posibles canales de ayuda. Esto pondrá en evidencia esta realidad ante la comunidad y permitirá que las personas estén más alerta ante posibles casos.
  • Desarrollar actividades comunitarias que permitan a los vecinos conocerse mejor, estrechar las relaciones e identificar posibles víctimas de violencia. Estos espacios pueden incluso llegar a convertirse en medios de desahogo para muchas mujeres que no cuentan con personas que las apoyen y a quienes acudir.
  • Establecer protocolos de acción que permitan a la comunidad proteger y defender a todos sus integrantes en caso de violencia, tanto en los espacios comunales, como dentro de los bienes exclusivos del condominio.
  • En caso de actos violentos, cualquier vecino puede llamar inmediatamente a la policía. Las llamadas a los números de emergencia se mantienen en el anonimato, de manera que el vecino que llama no se verá involucrado, pero su pronta acción puede evitar tragedias mayores.

Con estas sencillas, pero eficaces acciones, pueden lograrse avances importantes para la eliminación de la violencia contra la mujer dentro de los condominios para convertirlos en lo que deben ser, espacios seguros para todos sus habitantes. De esta manera, aunque no siempre los vecinos puedan intervenir de forma directa en defensa de quienes están siendo agredidas, los agresores sabrán que existe una comunidad organizada dispuesta a ayudar a sus posibles víctimas.

Abg. Jonathan Gómez – Coordinador de producto

Fuente: La Poli contra la violencia, Universidad Politécnica Nacional (https://www.epn.edu.ec/lapolicontralaviolencia/)