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Las mujeres y la administración de condominios

La revolución industrial generó varios cambios económicos y sociales en el mundo, uno de ellos fue la separación entre lo público y lo privado. Estas nuevas esferas fueron delegadas a los roles femeninos y masculinos respectivamente. Fue así como las mujeres se encargaron de la reproducción inmaterial de la vida, lo que implicó ser “las guardianas de las buenas costumbres” y realizar las tareas del cuidado. Estas tareas no han sido vistas como una actividad que genere valor económico a las familias, sino más bien se consideraba una inactividad que no produce bienes de cambio y que está destinada a la satisfacción de necesidades elementales (Vega Montiel, 2007).

Los derechos a la educación, el trabajo y la propiedad, alcanzados por la lucha de las mujeres que conmemoramos cada 8 de marzo, ha ido modificando la participación de las mujeres tanto en la esfera pública como en la esfera privada. Las tareas del cuidado van dejando de pasar desapercibidas y empiezan a ser ejercidas por ambos géneros. La ruptura de estereotipos de género y el aumento de mujeres en posiciones de liderazgo y toma de decisiones es una de las huellas más visibles de este avance social.

Ya en la esfera local y limitando el análisis a lo relacionado con la propiedad horizontal, los datos sobre las personas inscritas en los cursos de Administración de Condominios ofrecidos por Fundación Bien-Estar, reflejan que las mujeres (66%) tienen mayor interés en formarse acerca de los temas administrativos condominales que los hombres (34%). Tomando en cuenta que el 49.7% de las mujeres en Ecuador son amas de casa, de las cuales el 29.4% viven en condominios o departamentos (INEC, Ecuador en Cifras, 2021), discurrimos que, entre los varios factores que pueden incidir en esta decisión, uno de los más relevantes es que las mujeres que son amas de casa identifican los problemas de convivencia y administrativos dentro de sus condominios con mayor facilidad y detalle.

Con estos antecedentes podemos concluir que la experiencia previa de una buena administración del hogar y el fortalecimiento de la convivencia sana dentro de casa, pueden ser fuertes motivaciones para que las mujeres repliquen estas habilidades en la esfera de lo comunitario/colectivo y así incentivar, desde el conocimiento teórico-conceptual y la práctica naturalizada, el fortalecimiento de buenos vecinos, condominios y sociedades.

Soc. Cristina León y Abg. Jonathan Gómez