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Sesiones ordinarias y 7 Consejos para tu Reglamento Interno

Dentro de las asesorías en propiedad horizontal que Fundación Bien-Estar brinda a la comunidad; para los condóminos suele ser un dolor de cabeza tratar de resolver cada uno de los conflictos o diferencias que se presentan en el día a día de su convivencia vecinal, gracias a los famosos “malos vecinos”, que hacen de la administración una tarea difícil.

Algunas de las inquietudes más frecuentes son: ¿Cuándo se puede convocar a una sesión ordinaria? Y al respecto al reglamento interno: ¿Cómo ejecutar este de manera eficaz? y ¿Cómo lograr su cumplimiento?

Para estas interrogantes, es importante señalar que, para las sesiones ordinarias, la norma determina su temporalidad y plazo para instalar la misma, por ende, al empezar un nuevo año, de acuerdo con el Art. 36 del Reglamento General a la Ley de Propiedad Horizontal, determina que dentro de los tres (3) primeros meses del año, se deberá convocar la sesión ordinaria, la misma que es vital para todos los copropietarios, ya que podrán tratar temas importantes como: aprobación de presupuesto, órganos de administración y posible reforma de su Reglamento Interno.

Ahora bien, los reglamentos internos de copropiedad, sin bien es cierto, son una herramienta de autorregulación fundamental que promueven y pretenden brindar una adecuada convivencia, no siempre cumplen con ese propósito, por cuanto no suelen ajustarse a la realidad del condominio. Por tal motivo, en esa búsqueda de respuestas, muchos condominios viven inventando reglamentos internos o incluso son modificados varias veces, sin tener resultados positivos.

La mayoría de los problemas del condominio, están relacionados con actitudes, valores, costumbres, ética y moral de cada uno de los vecinos, elementos que muchas de las veces no se pueden regular por completo dentro de un reglamento interno, ya que estamos tratando con personas, no con robots que se pueden programar con mejores comportamientos.

Sesiones ordinarias y 7 Consejos para tu Reglamento Interno

Ante esto, te brindamos siete (7) consejos para que los consideres al momento de elaborar tu Reglamento Interno:

1) Crea artículos claros, sencillos, sin muchos tecnicismos y lo más importante, que sean lo más general, amplios, flexibles, de fácil ejecución y comprensión para todos los vecinos.

2) No redactes un Reglamento Interno con el ánimo de vengarte del “mal vecino” o de solucionar los problemas más inmediatos, intenta utilizar ese problema, para desarrollar artículos que te permitan resolver diferencias a mediano y largo plazo.

3) Como administrador, versus el “mal vecino” que vas a enfrentar, al momento de analizar y redactar los artículos del reglamento interno, no debes caer en las decisiones o presión de copropietarios enardecidos, que buscan a veces regular conductas inventando normas que van en contra de lo establecido en la Ley de Propiedad Horizontal y en el Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal.

4) No entrés en un estado de desesperación, puede ser perjudicial para ti y todos los vecinos, ya que por intentar “solucionar rápido” los problemas, no es suficiente con solo elaborar el reglamento interno y socializarlo con los copropietarios. Recuerda no ejecutar sanciones y cobrar multas por medio de un documento que no ha sido legalizado como lo exige la Ley de Propiedad Horizontal. 

5) Recuerda, para que un reglamento interno obtenga fuerza legal y en efecto, sea de obligatorio cumplimiento, debe haber sido aprobado por las 2/3 partes de los copropietarios, protocolizado en cualquier notaría e inscrito en el Registro de la Propiedad del cantón respectivo. (Art. 11, Ley de Propiedad Horizontal)

6) Asegúrate que el reglamento interno cumpla con la normativa mencionada.

7) El Reglamento Interno de Copropiedad, es un instrumento que será efectivo siempre y cuando el condominio así lo permita, siendo responsables y comprometidos de manera estricta con las normas que regulan el régimen de propiedad horizontal.

Si quieres profundizar la información de este blog o tienes inquietudes, puedes comunicarte con nosotros. Escríbenos al 0993723274.

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Del desconocimiento a la responsabilidad financiera

El dinero es un recurso que sirve como medio de pago para la compra y venta de bienes y servicios en la sociedad. A partir de este insumo, se desarrollan todas las actividades económicas, por lo cual, es necesario que el dinero sea manejado de forma responsable, a fin de controlar las finanzas personales y familiares. De esta manera, se pueden evitar situaciones adversas como el sobrendeudamiento.

Según la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos (ENIGHUR) diseñado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 41,2% de los hogares ecuatorianos no tiene capacidad de ahorro, lo cual conlleva a conflictos o discordias familiares. Pero ¿Por qué suceden estos problemas? El principal motivo es el desconocimiento de cómo manejar las finanzas y el dinero desde temprana edad, produciendo consecuencias negativas en la edad adulta al tener mayores responsabilidades y no contar con hábitos de ahorro.

Por ello, a través de la educación financiera, las personas estarán informadas sobre, conceptos de ahorro e inversión, presupuesto, dinero, entre otros temas, lo que permitirá desarrollar habilidades y destrezas, con la finalidad de tomar las mejores decisiones para mejorar su bienestar financiero.

De la educación financiera al bienestar social y económico

Se entiende por educación financiera al proceso por el cual se logra un mejor y mayor conocimiento de los diferentes productos y servicios que ofrecen las distintas entidades financieras y sobre las mejores decisiones a tomar para un correcto manejo de los recursos económicos.

Mediante la educación financiera, una persona desarrollará herramientas y habilidades para un mayor bienestar económico, por lo cual se convierte en un elemento clave para progresar hacia un mundo más justo y equitativo que brinde oportunidades financieras a todas las personas, sin ninguna condicionante. En este sentido, la educación financiera consiste en la capacidad de una persona para entender cómo funciona el entorno económico y financiero. Además, para comprender sobre los conceptos de finanzas personales y administración del dinero, con el objetivo de aplicarlo en la vida cotidiana, adoptando las mejores decisiones financieras.

Las finanzas personales es algo que la mayoría de las personas no tuvieron la oportunidad de aprenderlo en tempranas edades y con la expansión de la tecnología, quizás las pocas lecciones adquiridas, ya no sean aplicables.

Es por ello que en Fundación Bien-Estar, desarrollamos charlas y talleres para todas las edades a fin de promover el bienestar socioeconómico personal y familiar que permitirá mejorar la calidad de vida, alcanzar metas financieras y reducir el estrés financiero gracias al adecuado uso de los recursos económicos.