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¿Por qué es importante participar en las actividades del condominio?

La convivencia en un condominio puede resultar una experiencia grata y enriquecedora para las personas que habitan bajo este régimen o, por el contrario, puede convertirse en un problema que afecte a la calidad de vida de muchos vecinos. Por esta razón, es indispensable que tanto la administración y/o directiva del edificio o conjunto habitacional, como sus habitantes, establezcan, cumplan y hagan cumplir normas claras que regulen la vida dentro del condominio. Para que estas normas sean respetadas por todos es necesario que las personas que conviven en estos espacios participen activamente de las decisiones y actividades condominiales, pues esto les permitirá sentirse más involucradas y motivadas para desarrollar y mantener una convivencia saludable con sus vecinos.

Con el objetivo de animarte a vincularte más con tu condominio, a continuación te presentamos algunas razones por las que tu activa participación es importante:

 

  • Desarrolla apropiación del espacio. Todo condominio tiene espacios comunes que pueden ser disfrutados por sus copropietarios. Sin embargo, para que estos espacios se mantengan en óptimas condiciones es necesaria la colaboración de todos. Si te sumas a las jornadas de limpieza y adecuación de estos espacios, te sentirás más comprometido con su mantenimiento.

 

  • Consolida relaciones vecinales. Tanto si has invertido en comprar un inmueble bajo el régimen de propiedad horizontal, como si arriendas uno, tus vecinos pasarán a formar parte del día a día de tu vida. Por esta razón es importante mantener con ellos las mejores relaciones posibles y los espacios para desarrollar y consolidar estas son las actividades comunitarias organizadas en el condominio. Conocer a las personas con las que compartes un espacio común te permitirá desarrollar empatía hacia ellas y quizá incluso duraderas amistades. Esto a su vez, facilitará la convivencia y el correcto funcionamiento del condominio.

 

  • Permite proponer soluciones. Muchos de los problemas condominiales podrían evitarse o solucionarse mediante la oportuna participación de sus habitantes, quienes pueden proponer ideas o incluso contar con los medios o contactos que permitan solucionar con eficiencia los inconvenientes o conflictos existentes.

 

  • Controla la administración. La mejor manera de velar por tus intereses y cuidar tu inversión es mantenerte al tanto del trabajo realizado por la administración de tu condominio. De esta manera, estarás informado sobre los movimientos financieros, el déficit o superávit existente y las posibles acciones a emprender en ambos casos.

 

  • Desarrolla acuerdos. Muchos de los conflictos entre vecinos podrían evitarse si en los espacios de participación, como asambleas o mingas, los vecinos exponen sus criterios y llegan a acuerdos en un ambiente más distendido y amigable.

 

  • La unión hace la fuerza. Los recursos económicos que maneja el condominio son limitados y no siempre son suficientes para cumplir con las aspiraciones de los condóminos. Sin embargo, la correcta organización entre vecinos puede suplir esas deficiencias y lograr resultados positivos. Por ejemplo, una comunidad organizada y participativa puede generar presión para lograr atención de entidades públicas y/o privadas, en el caso de necesitarlo; en otro caso, puede permitir la consecución de objetivos que el presupuesto del condominio no avanza a cubrir, como por ejemplo realizando alguna actividad solidaria (venta de artículos donados, rifas, venta de comida) que ayude a pagar la pintura y adecentamiento de los espacios comunes.

 

  • Construye espacios seguros. Tanto si el condominio cuenta con personal de seguridad privada, como si no, la activa participación de los vecinos y su organización comunitaria genera espacios más seguros para todos. De esta manera si tus hijos salen a jugar en las áreas comunes puedes tener la tranquilidad de saber que los vecinos más cercanos están atentos en caso de cualquier accidente o peligro. De la misma manera, si un vecino viaja y su casa o departamento queda vacío, tú estarás pendiente para evitar cualquier incidente en ausencia de tus vecinos.

 

Recuerda que una buena vecindad depende de lo que estás dispuesto a hacer a favor de tus vecinos. Si quieres tener una vida mejor en tu condominio, síguenos para más consejos. 

Elaborado por: Abg. Jonathan Gómez – Coordinador de producto

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¿Un buen vecino se nace o se hace?

A ser un buen vecino se aprende, no se nace siéndolo. Se logra ser un buen vecino aplicando reglas y normas de conducta que favorecen la creación de hábitos de convivencia saludables y sostenibles en el tiempo. En términos generales, un buen vecino es aquella persona que se identifica con el lugar en el que vive y por ello actúa responsable y activamente con la comunidad que lo rodea.

Es muy común que exista una idea equivocada respecto a las características que distinguen a buen vecino. Generalmente, se asocia como positivo un comportamiento pasivo e indiferente. Es decir, a menudo se cree que un buen vecino es una persona que no participa, que se encierra en su casa o departamento, hace silencio, aguanta los abusos sin denunciarlos y, en general, es invisible para su comunidad. No molesta.

Sin embargo y muy por el contrario, un buen vecino es aquella persona que se siente parte de la comunidad de la que forma parte y por ello participa activamente en las decisiones y actividades del condominio o conjunto residencial en el que habita. Un buen vecino, se involucra e identifica con su comunidad, de esta manera, construye relaciones saludables y duraderas con las personas con quienes convive.

Importancia de la buena vecindad

Los vecinos son personas con quienes, queramos o no, convivimos a diario. Por eso es necesario desarrollar y mantener relaciones saludables que faciliten la convivencia del día a día, así como, que permitan afrontar de forma colaborativa los problemas comunes y apoyarse para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.

Adicionalmente, una buena relación vecinal estimula el desarrollo de empatía con las personas que nos rodean y genera un sentimiento de familiaridad. El sentirse parte de una comunidad permite asumir responsabilidades y compartir derechos y obligaciones con un objetivo de bienestar común. De esta manera, es posible desarrollar relaciones respetuosas e incluso lazos afectivos que permitirán afrontar eventualidades o emergencias de forma más efectiva y beneficiosa para todos.

Comportamiento de un buen vecino

Como se explicó en los párrafos anteriores, no se nace siendo buen vecino, sino que, se aprende a serlo por medio de la adopción de comportamientos y códigos de conducta que favorecen la convivencia y la buena vecindad. A continuación enlistamos algunos comportamientos concretos que podemos empezar a aplicar para mejorar como vecinos.

  • Pagar puntualmente las expensas, alícuotas, cuotas extraordinarias y demás valores de pago obligatorio que permiten mantener y administrar los espacios comunes del conjunto habitacional.
  • Colocar la basura en los lugares destinados para hacerlo y respetar los horarios establecidos para evitar contaminación o suciedad que puedan incomodar a los vecinos o a sí mismo.
  • Controlar y evitar hacer ruidos excesivos o innecesarios, principalmente en horas de la noche y madrugada. De esta manera se respeta la necesidad de silencio y tranquilidad que los vecinos necesitan en sus hogares.
  • Si tiene mascotas, actuar responsablemente con el cuidado de las mismas de manera que su presencia en el condominio no cause molestias a los vecinos. Para ello, por ejemplo, se debe recoger los desechos y educarlas para no hacer ruido.
  • Participar activamente en las reuniones y asambleas convocadas por la administración y/o directiva del condominio. De esta manera, se mantiene al tanto de las necesidades comunes y colabora para encontrar soluciones mutuamente beneficiosas para todos los vecinos.
  • Escuchar las necesidades de las otras personas, respetar los criterios distintos y procurar llegar a acuerdos.
  • Proponer iniciativas que puedan ayudar a mejorar la vida de toda la comunidad.
  • Asumir responsabilidades dentro del condominio. Evaluar las decisiones tomadas y proponer cambios o acciones correctivas si es necesario.

Recuerda empezar a aplicar los comportamientos explicados. Su práctica continua los convertirá en hábitos saludables para la convivencia dentro de tu conjunto habitacional o condominio. Ser un mejor vecino te beneficiará a ti y a tu comunidad. Desarrollando empatía para con tus vecinos desarrollarás también la capacidad de adaptarte a entornos nuevos, de respetar la diferencia y, en general, mejorará tus relaciones con las personas que te rodean.