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La educación financiera, un proceso que permite la inclusión de las mujeres en el sistema financiero

La educación financiera es un proceso, mediante el cual las personas logran un mejor y mayor conocimiento de los diferentes productos y servicios que ofrecen las distintas entidades financieras. Las niñas y mujeres son un grupo de atención prioritaria en este proceso de capacitación, a fin de conseguir que desarrollen capacidades y habilidades que les permitan tomar mejores decisiones referentes al uso del dinero y el manejo correcto los recursos económicos.  

 La publicación ‘Estadísticas de Inclusión Financiera del Banco Central del Ecuador’, muestra los resultados de encuestas realizadas durante el 2016 y 2017, en nuestro país. El informe señala que el 96% de las personas no ha recibido charlas o material sobre educación financiera, por parte de alguna entidad financiera o entidades de gobierno.  

 Por esta razón, es relevante que toda la población, en especial las mujeres, tengan la posibilidad de participar en este proceso. 

El papel de las mujeres en la educación financiera 

La brecha de género es un concepto que refleja, según la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, la diferencia entre hombres y mujeres, respecto a las oportunidades de acceso y control de recursos económicos, sociales, culturales, políticos, etc.  

 Tradicionalmente, los hombres ocupan mejores plazas de trabajo que las mujeres y por ende más ingresos. Según cifras del INEC, en julio del 2021, el ingreso promedio de las mujeres se redujo en 33% frente a enero del mismo año. Estos mismos datos corroboran que los varones tienen un sueldo promedio de 41% más que ellas. 

 Estas situaciones impiden que las mujeres acumulen dinero y accedan a más productos de financiamiento en el sistema financiero. 

LA EDUCACIÓN FINANCIERA, UN PROCESO QUE PERMITE LA INCLUSIÓN DE LAS MUJERES EN EL SISTEMA FINANCIERO

Como se observa en el gráfico anterior, en la actualidad, las mujeres acceden menos a crédito que los hombres. Particularmente se evidencia que en crédito de consumo hay una brecha de 44% y en microcrédito un 39%. 

 En este contexto, procesos e iniciativas de educación financiera toman una gran relevancia ya que se plantean como principal objetivo generar una verdadera inclusión, al promover la igualdad de oportunidades, en este caso, de las mujeres, a través de la capacitación en temas que les permitan acceder a diferentes productos y servicios financieros que les permitan satisfacer sus necesidades. 

Empoderamiento económico de la mujer 

Según Miguel Andrés Vergara, coordinador de Educación Financiera de Fundación Bien-Estar, para mejorar la inclusión financiera, no basta solo con tener buenos hábitos, es necesario generar empoderamiento. Este proceso, según Vergara, permite que las mujeres tomen decisiones financieras familiares, controlen sus recursos económicos y desarrollen habilidades de negociación, esto contribuye a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo. 

Un ejemplo de ello han sido los procesos permanentes de capacitación a mujeres y niñas de distintos sectores sociales, que ha desarrollado Fundación Bien-Estar. En el 2022, del total de personas beneficiarias de los programas desarrollados por esta fundación, el 72% de las participantes fueron mujeres versus un 28% de hombres, en los cuales se abordaron temas cómo: empoderamiento financiero, correcto uso del dinero, manejo de deudas, inversiones personales y emprendimiento.  

¿Las mujeres tienen mejores hábitos financieros que los hombres? 

A pesar de que este género accede a menos productos financieros, sus hábitos de deuda y ahorro hacen que sean más comprometidas que los hombres. Un estudio realizado en Chile, por la Comisión para el Mercado Financiero, en 2019, muestra que las mujeres son más puntuales en el pago de sus obligaciones crediticias que los hombres, lo que refleja la responsabilidad con el sistema financiero.  

Por otro lado, las ecuatorianas desarrollan mejores estrategias ante situaciones financieras complejas. Por ejemplo, de acuerdo al Banco de Desarrollo de América Latina (anteriormente CAF), los ingresos de este grupo de la sociedad no son suficientes para cubrir los costos de vida, por lo cual tienden a recortar los gastos. Según la publicación Brechas de género en las encuestas de capacidades financieras de CAF: Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, del 2020, se evidenció que prefieren ahorrar para el futuro, mientras que los varones prefieren gastar su dinero. 

En conclusión, recalcamos que las niñas y mujeres son un grupo de atención prioritaria en este proceso de capacitación en educación financiera. 

Sobre Fundación Bien-Estar  

Fundación Bien-Estar es una entidad sin fines de lucro, pionera en el desarrollo y ejecución de programas de asesoría condominial y educación financiera en el Ecuador. Fue creada hace 17 años por Mutualista Pichincha como una iniciativa para canalizar su accionar socialmente responsable a favor de la comunidad. 

El trabajo de Fundación Bien-Estar, se enfoca en la asesoría en temas de propiedad horizontal, organización comunitaria, generación de programas de educación financiera y gestión de responsabilidad social empresarial (RSE) de Mutualista Pichincha. 

Mas información en: www.fundacionbienestar.org.ec 

También visita: www.bienestarfinanciero.ec

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¿Qué es la intermediación financiera?

El concepto de intermediación financiera es fundamental para comprender el funcionamiento del sistema financiero y responder inquietudes frecuentes como: ¿Por qué existen los bancos, mutualistas o cooperativas de ahorro y crédito? ¿Cuáles son las principales funciones de los clientes y de las instituciones financieras? ¿Por qué existen distintas tasas de interés?

La intermediación financiera es un proceso en el cual una entidad u organización, se responsabiliza en recibir dinero o fondos de ahorro, a través de depósitos, para que posteriormente, sean canalizados en cubrir las necesidades financieras de los clientes o socios por medio de créditos o financiamiento.  

El sistema financiero en Ecuador está constituido por instituciones financieras públicas, privadas y de economía popular y solidaria. El sector financiero popular y solidario tendrá: cooperativas de ahorro y crédito, entidades asociativas o solidarias, cajas y bancos comunales, mutualistas de ahorro y crédito, entre otras organizaciones que sean legalmente constituidas.

Todas las organizaciones financieras constituidas por un marco normativo vigente están en la obligación de cumplir y respetar las disposiciones de la junta de política y regulación monetaria, Superintendencia de bancos y Superintendencia de economía popular y solidaria. Es así, que las tasas de interés también son disposiciones a cumplir por todas las instituciones financieras, tanto las pasivas como activas.

Una tasa de interés pasiva es aquella en la que una institución financiera “paga” o “entrega” dinero adicional a las personas que depositan o “dejan” dinero en cualquier institución financiera. Por otro lado, la tasa de interés activa es la que “reciben” las instituciones financieras por otorgar un préstamo o financiamiento. Bajo esta perspectiva, es la confianza de los clientes y el cobro oportuno del interés activo lo que garantizará la sostenibilidad del sistema financiero.

¿Qué pasaría si los clientes desconfiaran del sistema financiero?

En un caso que los clientes desconfíen del sistema financiero y retiren su dinero de sus cuentas y eviten depositar su dinero, prácticamente las instituciones financieras se quedarían sin recursos, incurriendo en problemas de liquidez y sostenibilidad.

¿Para qué sirven los intereses activos?

Los intereses que cobran las instituciones financieras sirven para cubrir todos los gastos administrativos y operativos que tienen las organizaciones y a su vez generar una rentabilidad esperada.

Uno de los temas más importantes es conocer los tipos de financiamiento que son más “deseados” o “apetecidos” por los ecuatorianos. Es así que los siguientes gráficos muestran el comportamiento de la cartera de crédito de las instituciones financieras:

Composición de cartera de crédito del sector financiero popular y solidario y banca privada

Fuente: SEPS (Abril, 2022) / ASOBANCA (Junio, 2022) Elaborado por: Miguel Andrés Vergara

Como se observa en el gráfico anterior, el crédito de consumo es uno de los principales financiamientos que los clientes y socios demandan, seguido por el microcrédito y productivo.

Para que el sistema financiero funcione correctamente, los clientes tienen que ser responsables con las decisiones que tomen sobre los distintos productos y servicios financieros, sobre todo con las obligaciones financieras como lo son los créditos. Para evaluar este comportamiento, se analiza la tasa de morosidad de los último (meses) desde el sector privado y popular y solidario.

Tasa de morosidad (clientes y socios) del sector financiero popular y solidario y banca privada

Fuente: SEPS / ASOBANCA Elaborado por: Miguel Andrés Vergara

El gráfico anterior muestra que, desde enero a mayo del 2022, ha existido una reducción en la tasa de morosidad tanto en el sistema financiero popular y solidario y banca privada en un 3,48% y 6,90%, respectivamente.

¿Qué pasaría si las instituciones financieras no cobrarían intereses a los créditos?

Si las instituciones financieras dejan de cobrar intereses por un crédito, lo más probable es que tenga riesgos de solvencia financiera.

Sistema financiero Eficiente

El fortalecimiento del sector financiero es responsabilidad de instituciones financieras, clientes y socios, así como las decisiones en políticas públicas (monetarias y financieras).

La educación financiera se convierte en un eje transversal para los usuarios del sistema financiero, ya que podrán tomar decisiones financieras informadas y acertadas, atribuyendo su responsabilidad dentro del sistema. Desde Fundación Bien-Estar trabajamos por el bienestar financiero de los hogares ecuatorianos.

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La educación financiera, un proceso que permite la inclusión de las mujeres en el sistema financiero

La educación financiera es un proceso por el cual las personas logran un mejor y mayor conocimiento de los diferentes productos y servicios que ofrecen las distintas entidades financieras, a fin de desarrollar capacidades y habilidades que les permitan tomar mejores decisiones con el uso del dinero y manejar correctamente los recursos económicos.

Según la publicación Estadísticas de Inclusión Financiera del Banco Central del Ecuador, en la cual se muestran los resultados de encuestas realizadas durante el 2016 y 2017, en nuestro país, el 96% de las personas no ha recibido charlas o material sobre educación financiera por parte de alguna entidad financiera o entidades de gobierno.

Por esta razón, es relevante que toda la población, en especial grupos minoritarios, como las mujeres, tengan la posibilidad de participar en este proceso de educación.

El papel de las mujeres en la educación financiera

La brecha de género es un concepto que refleja, según la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, la diferencia entre hombres y mujeres, respecto a las oportunidades de acceso y control de recursos económicos, sociales, culturales, políticos, etc.

Tradicionalmente, los hombres ocupan mejores plazas de trabajo que las mujeres y por ende más ingresos. Según cifras del INEC, en 2019, la brecha salarial, en Ecuador, entre hombres y mujeres fue del 20%, es decir, que por cada dólar que reciben los hombres, las mujeres reciben en promedio 18 centavos menos.

Estas situaciones impiden que las mujeres acumulen dinero y accedan a más productos y servicios financieros.

En la actualidad, los hombres son quienes acceden más a cuentas de ahorros, tarjetas de crédito y recursos para jubilación por obligatorio de trabajo. Las mujeres son quienes acceden menos a productos financieros. particularmente se evidencia que un 17% menos de ellas, tendrán recursos de su jubilación para su futuro.

En este contexto, procesos e iniciativas de educación financiera toman una gran relevancia ya que se plantean como principal objetivo generar una verdadera inclusión, al promover la igualdad de oportunidades, en este caso, de las mujeres, a través de la capacitación en temas que les permitan acceder a diferentes productos y servicios financieros que les permitan satisfacer sus necesidades.

¿Las mujeres tienen mejores hábitos financieros que los hombres?

A pesar de que este género accede a menos productos financieros, sus hábitos de deuda y ahorro hacen que sean más comprometidas que los hombres. Un estudio realizado en Chile, por la Comisión para el Mercado Financiero, en 2019, muestra que las mujeres son más puntuales en el pago de sus obligaciones crediticias que los hombres, lo que refleja la responsabilidad con el sistema financiero.

Por otro lado, las mujeres ecuatorianas desarrollan mejores estrategias ante situaciones financieras complejas. Por ejemplo, De acuerdo al Banco de Desarrollo de América Latina (anteriormente CAF), los ingresos de este grupo de la sociedad no son suficientes para cubrir los costos de vida, por lo cual tienden a recortar los gastos. Según la publicación Brechas de género en las encuestas de capacidades financieras de CAF: Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, del 2020, se evidenció que las mujeres prefieren ahorrar para el futuro, mientras que los hombres prefieren gastar su dinero.

Empoderamiento económico en la mujer

Para mejorar la inclusión financiera, no basta solo con tener buenos hábitos, es necesario generar empoderamiento. Este proceso, permite que las mujeres tomen decisiones financieras familiares, controlen sus recursos económicos y desarrollen habilidades de negociación, esto contribuye a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo.

Así, entendiendo la importancia y el rol de la mujer en la sociedad, actores como instituciones financieras, fundaciones, entre otros entes, han contribuido al desarrollo de productos financieros para cubran sus necesidades y promuevan la inclusión financiera en el país.

Un ejemplo de ello han sido los procesos permanentes de capacitación a mujeres y niñas de distintos sectores sociales, que ha desarrollado Fundación Bien-Estar. En el 2021, del total de personas beneficiarias de los programas desarrollados por esta fundación, el 57% de los participantes fueron mujeres versus un 43% de hombres que se capacitaron.